domingo, 26 de octubre de 2008

Tus Ojos...

Algo me dijo una vez, que tus ojos eran sinceros.
Que el suave descenso de tus párpados cortinados a la mitad,
era el sinfín de sueños por descubrir…
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Era bello porque expresaba en si mismo el estado indecible de tu alma:
Un “¡aquí estoy!” imposible de ignorar.
("Aunque a ratos parecía, que me quitabas la existencia...")
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Crecen en mí ilusiones y redundan los pensamientos,
afirmándose del colchón de hierba inconclusa,
para luego, poder hamacarme sin movimiento en tu existencia
y permanecer dormido en el raudal vertiginoso
de aquel par de ojos de miel,
que aún me miran humedecidos con las gotas de su brillo...
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Solo tú tienes la respuesta a tantas interrogantes,
para mí, aún permanece en ese dulce misterio,
que me transmite el reflejo dorado de tus pupilas,
cuando me besas al atardecer
y la brisa de ese mar calmo, nos acaricia suavemente...
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JuAn PaBlO, Octubre 2008